Otra derrota para los de Emey

Con un Reyno de Navarra abarrotado y volcado con Osasuna para salir del descanso, los rojillos apretaron desde el inicio y Lolo, a los cinco minutos, tuvo una primera gran ocasión en un cabezazo que Guaita desvió a córner de modo soberbio. Al Valencia, que sabía que iba a tener que desenvolverse en un partido muy físico, le costaba hacerse con la pelota ante la avanzada presión de los navarros, que tenían en los balones aéreos su principal arma. A los once minutos, Guaita, de nuevo brillante, volvió a salvar el 1-0 en un mano a mano con Camuñas. Seis minutos más tarde, un disparo desviado de Albelda desde la frontal supuso la primera llegada blanquinegra con cierto peligro.
Poco a poco, el VCF iba logrando frenar el esperado arreón de comienzo de Osasuna y hacerse con el control del juego. Mata, activo entre líneas, Joaquín y Jonas empezaban a combinar aunque sin la suficiente precisión para conectar con un Soldado demasiado solo en punta de ataque. A siete para el final, tras una buena jugada colectiva, Mata puso un centro que el delantero no alcanzó a fusilar por poco en boca de gol.

En su reanudación, el partido siguió los cauces del primer tiempo: espeso, trabado y con pocas ocasiones de gol. En la primera buena transición en contragolpe, en el 56, Joaquín tuvo el 0-1 pero su disparo se marchó a la izquierda de la portería de Ricardo. A renglón seguido llegó el tanto de Osasuna, en un disparo de Cejudo desde el borde del área que rebotó en Stankevicius para despistar a Guaita. El duelo, igualado, se ponía cuesta arriba a falta de menos de media hora. Unai buscó mayor circulación ofensiva en la medular con Ever por Albelda y mayor pegada con Aduriz por Jonas.

A partir de ahí, el balón fue cosa de un VCF que dominaba el partido ante un Osasuna refugiado atrás en el valioso marcador. Eso sí, la claridad seguía faltando en campo contrario y Mata, a doce para el final, fue el primero en crear una clara oportunidad de empate en un disparo que se le marchó alto. Como último recurso, Emery apostó con la entrada de Pablo por un cambio de dibujo, con defensa de tres y un equipo volcado a por el tanto de la igualada. El equipo se volcó los últimos minutos, buscando alternativas en el juego, por dentro y con pelotas a la cabeza de Soldado y Aduriz, pero el rival hizo lo posible e imposible para defender el 1-0. Y lo consiguió.

Sempre Amunt!!!!!!!