Sempre Amunt

Este Blog va dirigido a todos los aficionados de Valencia C.F. Un equipo que nos ha alegrado malos dias que nos ha dado ese espiritu por el futbol, pero sobre todo que nos ha hecho soñar con toda una afición. En este espacio compartiré con vosotros resúmenes de partidos, historias de los jugadores, curiosodades del club y la última actualidad de nuestro equipo. Si os interesa, haceros seguidores de este blog. Sempre Amunt!!!!!

jueves, 24 de marzo de 2011

Hoy estrenamos NUEVA Sección: NMM (Nuestros Mejores Momentos)

Dentro de la selecta colección de partidos inolvidables del Valencia CF el primero que deseo recordar es el encuentro disputado en el Sarriá frente al español en la campaña 67/68.
Los dos equipos no estan haciendo una buena temporada el Valencia que se encuentra octavo en la clasificación está a un solo punto de los pericos, que van séptimos, el Valencia no lleva buena racha fuera de casa tras cinco partidos fuera de Mestalla no ha logrado anotar ni un solo gol. Asi pues empezó el partido:
Aunque intenso en su inicio, el partido no ve alterado el tanteador hasta el minuto 19' cuando Rodilla adelanta (1-0) al Espanyol. A partir de ahí, veinte minutos de locura ofensiva disparan el marcador hasta el (4-1) que establece Marcial en el minuto 39' y con el que se llega al descanso. Por si fuera poco, el lateral derecho Tatono renquea ostensiblemente desde el minuto 20' de la primera parte y durante el resto del partido no será más que una mera figura decorativa para el cuadro blanco ya que no están permitidas las sustituciones. El partido, que en su primera mitad ha tenido momentos de auténtico baile blanquiazul, está poco menos que decidido.

El inicio de la segunda parte no muestra cambios radicales. Es bien cierto que el Espanyol no se muestra solvente en defensa, donde pesa la baja del central Mingorance, pero no lo es menos que también llega con facilidad a la meta de Abelardo, que dicho sea de paso, está cuajando un excelente partido.
Poco antes de la hora de partido, se produce una jugada que acabará resultando clave. Un balón largo desde la zaga visitante lo defiende Ramoní en clara ventaja posicional sobre los atacantes valencianistas. Sin embargo, en lugar de optar por la vía fácil del despeje sin contemplaciones, duda unos instantes, y decide retrasar el balón a Bertomeu. Pero mide mal, y la cesión queda corta. Lo suficiente para que Ansola aproveche el regalo y recorte distancias (4-2) tras una jugada sin aparente peligro.
Sin solución de continuidad, otra indecisión de Ramoní, quizá esta vez empujado por Waldo, permite a éste minimizar la ventaja (4-3). Han bastado poco más de cinco minutos para que un match con etiqueta de resuelto pase a tener la de agónico. Todo gracias a los errores de bulto de la zaga blanquiazul.
Mientras, y a pesar de los cuatro goles encajados, Abelardo, el meta asturiano del Valencia, continúa con su recital de paradas prodigiosas. Para desespero de los blanquiazules también logra sacarse de encima un cabezazo a quemarropa de Amas, desde dentro mismo del área pequeña. Era la jugada que hubiese podido sentenciar el partido y cortar la reacción valenciana. Pero del posible 5-3 se pasa al temido empate en la jugada siguiente.
Otro asturiano, el medio Paquito, peina hacia atrás y en difícil escorzo un corner botado sobre la meta españolista. Bertomeu intuye el remate pero el esférico se acaba colando por el único hueco que dejan sus manos y el poste derecho de su meta.
En tan solo trece minutos, los que van del 58' al 71' el Espanyol ha dilapidado tres goles de ventaja, Con veinte por delante, y un rival crecido, el empate comienza a ser un mal menor.
Pero ni eso. A tan solo cinco minutos para el final, Riera comete falta a unos siete metros fuera del área. El balón queda situado a unos 25-30 metros de la meta y se halla escorado sobre el lado izquierdo del ataque valenciano. Castigo lejano, si, pero inquietante. Sobre todo, si enfrente se halla un tipo como el brasileño Waldo, con un cañón en cada pierna y capaz de patear con la fuerza de un búfalo.
Y especialmente si te dedicas a facilitarle la labor. Por que por imposible que parezca, y con las pocas bromas que admite la situación, los blanquiazules deciden dar otra vuelta de tuerca al increíble partido... y no protegen la ejecución del castigo con ningún tipo de barrera defensiva ¡!!!. ¿Por qué la distancia era lejana?, ¿Quizá por que era mejor que el portero tuviera una visión clara de la salida del balón?. Nunca se consiguió aclarar tan absurdo proceder.
Lo cierto es que en medio de la incredulidad general, suena el silbato de Gardeazábal. Y allí que va Waldo. Y lo que se veía venir, llega. Bertomeu tiene toda la visión del mundo para contemplar como, a pesar de su estirada, el durísimo disparo del carioca llega a las mallas del Gol Norte de Sarriá significando el definitivo y no menos increíble 4-5.
Sempre Amunt!!!!

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